Sobre los atentados en París

Tras haber sido sacudidos con las escenas de las terribles matanzas perpetradas en París la noche del pasado viernes, lo único cierto, a día de hoy, es que el número de víctimas sigue aumentando y que la atmósfera de miedo generada en la población, objetivo principal de esta barbarie incalificable, se respira por doquier.

Mientras tanto, el autodenominado “Estado Islámico” ISIS (el mismo que los Estados occidentales han “alimentado” para que les sirviera de punta de lanza en la desestabilización de Oriente Próximo), se ha atribuido la responsabilidad de la matanza, aunque como siempre suele suceder en estos casos, siete de los ocho supuestos terroristas están ya muertos, en tanto, continúan las conjeturas en torno a su autoría intelectual.

Extrañas circunstancias, casi siempre repetidas, rodean al caso:

1. Aparición de identificaciones como el pasaporte sirio hallado (como siempre en buen estado) en el lugar de la masacre, tal y como ya sucediera con los atentados de Madrid del 11 M en 2004 o de Nueva York en 2001;
2. Incapacidad de la Dirección General de la Seguridad Exterior (los omnipotentes Servicios de Inteligencia Franceses), para detectar y desactivar siete comandos terroristas, armados hasta los dientes, por el centro de París, máxime cuando tienen infiltrados, hasta la médula, la práctica totalidad de las organizaciones terroristas;
3. La apresurada anulación por parte de un ministro del gobierno francés de su viaje a Madrid para apoyar al PSOE, horas antes de que se produjese el mortal atentado.
4. La extraña coincidencia, otra vez del 11 y del 13, como las fechas en que suelen tener lugar estas atrocidades, como si de una especie de macabros ritos se tratasen;

Llegados a este punto, he de advertir que cualquier información oficial, debiera ser puesta en cuarentena y bajo sospecha, pues sabida es la sofisticada capacidad de manipular a la opinión pública con que se mueven en las altas instancias del Poder.

Estas son mis sospechas:

1. Que se esté generando, aprovechando la entrada masiva de refugiados a Europa, un caldo de cultivo de odio generalizado contra el árabe o musulmán, de la misma manera que se hizo lo propio en la Alemania nazi contra los judíos;
2. Que esta atmósfera de miedo y de terror, sean el detonante de la adopción de todo tipo de medidas “legales” tendentes a limitar o suprimir derechos y libertades individuales y colectivas, en aras de una supuesta “seguridad” que la población estaría “pidiendo a voces”;
3. Que todo esto se enmarque dentro de una guerra económica despiadada, entre los partidarios de mantener el status quo económico liderados, por un lado, por los Estados Unidos y la Europa Occidental capitaneados por el sionismo internacional, y por otro, por los BRICS, principalmente por Rusia y China, partidarios de la reimplantación del “patrón oro”, sin perder de vista los intereses, cada vez más importantes, en implantar el BIC COIN, como nueva moneda mundial.

Quisiera denunciar también, la especial sensibilidad con la que el sionismo y los países occidentales, contemplan los terribles atentados terroristas que les afectan directamente, ignorando cuando no despreciando, los cientos o miles de víctimas inocentes causados, casi a diario, en países como Palestina, Líbano, Siria, Irak, Pakistán o Turquía, entre otros, por acciones terroristas muchas veces auspiciadas, aunque sea indirectamente, desde aquellas Cancillerías.

Con estas palabras pretendo, únicamente, alertarte ante lo que puedas ver y oír, y sobre todo, que no caigas en la tentación de odiar a nadie por el solo hecho de pensar, creer o vestir de manera diferente, pues parece haber poderosos intereses en que sea así.

No olvides que nada es lo que parece, y menos en estos momentos de convulsión mundial, donde somos sacrificados, como peones de una partida de ajedrez, en medio de una guerra geoestratégica por controlarlo todo a costa de cualquier cosa, incluidos atentados de “falsa bandera” a las que nos tienen tan acostumbrados.