20-11-2015 FUENTE: VilaWeb Por: Pere Cardús TRADUCCIÓN: seryactuar.org
Entrevista al filólogo, escritor y traductor iraquí asirio · Denuncia: ‘En los países poderosos no les interesa resolver el conflicto de Siria e Irak‘
Pius Alibek cautivó miles de lectores catalanes en 2010 con un libro, ‘Raíces nómadas‘ (Destino) (la Campana), que relataba su infancia y primera juventud en Irak. Hijo de Ankawa, una población del Kurdistán, y de una familia asiria, Alibek dibujaba un país encantador y con un futuro prometedor. Pero poco después de su emigración catalana, aquel paisaje se resquebrajó. Y desde entonces, la guerra, el odio, la violencia, la venganza y la mano interesada y chapucera de los países más poderosos no han dejado de contaminar y envenenar -en palabras de Alibek- aquella tierra fecunda y llena de gente emprendedora .
Ahora que el conflicto de Siria e Irak ha golpeado con tanta contundencia en medio de Europa, hemos encontrado Alibek para pedirle que nos cuente cómo ve la situación allí y aquí. Su voz crítica hace retumbar la conciencia y pide una autocrítica completa de nosotros mismos. El conflicto, demasiado a menudo pensado desde la lejanía, es más nuestro de lo que creemos. Y es eso que defiende Alibek en esta conversación.
-¿Como sigue la actualidad del conflicto de Siria, Irak y el Kurdistán?
-Principalmente, a través de medios de comunicación de allí y de la gente que vive allí con quien hablo. Por curiosidad, miro como interpretan la realidad de allí los medios de aquí.
-¿Y es una interpretación correcta?
-La lectura es completamente diferente de la que hace la gente que vive el conflicto desde el territorio. Aquí se hace una lectura de comodidad, de dar por hechas ciertas cosas, y tranquilizar las conciencias. De vez en cuando, sale alguna voz crítica que trata de analizar el conflicto desde el ángulo verdadero. Lo cierto es que estas aproximaciones son minoritarias aquí y sin demasiado eco. Aquí predomina la información generalizada y generalizadora, sensacionalista y tranquilizante.
-¿Quizá es falta de proximidad?
-Se impone casi siempre la información que presenta el problema como algo lejano y desvinculada de nuestra realidad. Para muchos de los que informan, el conflicto actual de Oriente Próximo no es de nuestro mundo. Como si no tuviéramos nada que ver. Parece que sólo pagamos las consecuencias porque son unos descerebrados.
–¿Tiene familia o amigos en Ankawa, en el Kurdistán?
-Sí.
–¿Y qué situación hay ahora en aquellas tierras?
-Como es dentro del Kurdistán, hay una calma momentánea. Pero es una bomba de relojería. De momento, hay calma.
-¿Qué echa en falta en la aproximación que se hace del conflicto desde aquí?
-Se ignoran informaciones básicas. El 1+1. El causante de todo. Por ejemplo, todos sabemos que la guerra de Irak fue un crimen organizado. Fue una gran mentira. Incluso los autores principales lo han confesado, excepto los españoles, que se aferran en decir que no se equivocaron y aquello fue positivo para los intereses de España. Pero sabemos que aquello fue el inicio de la destrucción y de la desgracia de aquella zona.
–¿El problema comienza entonces?
-¿Lo sabemos o no lo sabemos? Si lo sabemos, hay que decirlo. Este es el causante de la guerra actual y no otra cosa. Nos ahorramos de reconocer el origen de todo y nos ponemos a buscar causas alternativas. No tiene sentido hacer análisis de la situación escondiendo la causa real. Cuando los americanos invaden Irak, un país dictatorial gobernado por un criminal aliado de Occidente durante buena parte de los años que ha estado en el poder, este dictador imponía una constitución secular, laica. Y no había espacio para el pensamiento político religioso.
-¿Era una dictadura que no dejaba prosperar una visión política de la religión?
-Sí. Esta era la realidad de Irak en 2003. La invaden los americanos con sus aliados y se impone la ley islámica en Irak. Y la alternativa a la dictadura acaba siendo un país islámico gobernado por la sharia islámica. Y entregado a Irán, que se suponía que era el enemigo más grande de Occidente y de los valores occidentales. Esto es un hecho y no se puede pasar por alto como si no tuviera trascendencia respecto de todo esto que pasa en este momento. Y ahora han hecho igual como hicieron con Irak: abrir las fronteras de Siria, desmantelar el ejército y las fuerzas de seguridad. Y así, abrir las puertas de terroristas fanáticos venidos de todas partes. Esto pasó en Irak y ahora pasa a Siria.
-¿Es como una segunda parte de lo que ocurrió con la invasión de Irak?
-Una cosa no se puede aislar de la otra. Aquellos que los años ochenta reclutaron yihadistas integristas y los subvencionaron para luchar contra la Unión Soviética en Afganistán, ahora han hecho lo mismo. Exactamente igual. Lo hicieron en Irak y lo hacen en Siria. Y siguen siendo los aliados incondicionales de Occidente. Las reacciones y las lecturas que hacen los medios de aquí a menudo hacen reír.
-¿Por lo tanto, no es un problema fundamentalmente religioso?
-Una cosa es aferrarse a la religión y a interpretaciones extremas de la religión como reacción a determinados intereses de la zona. Esto es una lectura. Pero voy más allá: se ha fomentado el extremismo. Se ha alimentado y armado. Porque sirve los intereses de los gobiernos occidentales.
-¿A Occidente le interesa fomentar el integrismo islámico?
-Hay que diferenciar entre la política de Occidente y la población occidental. Esto es importantísimo. Porque el ciudadano europeo, por ejemplo, no aceptaría jamás fomentar el integrismo islámico. Pero esto lo han hecho siempre los gobiernos occidentales. Junto con los Estados Unidos y sus aliados en la zona. Todos sabemos que cuando comenzó el conflicto en Siria, el Ejército Libre no llegó a tener un papel importante porque pronto fue sustituido por al-Nusrat, una organización yihadista subvencionada y armada por poderes occidentales a través de sus aliados en la zona .
-¿Qué aliados?
-Principalmente, los países del Golfo Pérsico y Turquía. Esto no es ninguna teoría de la conspiración. Son hechos demostrados. En el momento que Turquía apoya al-Nusrat, es la OTAN que lo apoya. Y al-Nusrat es al Qaeda. Se trata de una actuación completamente deliberada. Al-Nusrat toma todo el espacio que ocupaba el Ejército Libre, que prácticamente desaparece. Una vez al-Nusrat controla el terreno, comienzan a entrar los muyahidines de Estado Islámico armados y cargados de ‘petrodólares’.
-¿El problema lo encontramos en Arabia Saudí y los emiratos del Golfo Pérsico?
-Sabemos perfectamente que la cuna del fanatismo religioso islámico es Arabia Saudí y sus aliados del Golfo Pérsico. Y sabemos que no sólo es la cuna sino también la mina de oro. Una fuente de financiación. Y esto pasa a la luz pública en Siria. Todo el mundo estaba de acuerdo en que Arabia Saudí y Catar subvencionaran al-Nusrat al principio. Todo esto son hechos. Cuando sucede esto que pasa en París, la gente se escandaliza.
-Es normal. El conflicto impacta en el corazón de Europa. Nadie está preparado para ello…
-Pero hace tres meses o cuatro el rey de Arabia fue en una playa pública francesa y se la cerraron para que se pudiera bañar tranquilo durante un mes con su cortejo de cuatrocientas personas. Y las fuerzas del orden se ofrecieron a protegerla. Y luego se quejan por los atentados. ¿Cuál es el doble juego que hacemos? Si somos nosotros mismos que invitamos quienes originan estos atentados y los tratamos como reyes.
-¿Denuncia una doble moral?
-Claro. Lamentamos los atentados mientras vamos por la calle con camisetas patrocinadas por Catar. Ya podemos ir quejándonos del terrorismo y el integrismo islámico! Esta doble moral, este juego sucio, no tiene ningún sentido. Si la gente quiere engañarse y no quiere ver que pasa tiene el derecho de hacerlo. Pueden seguir engañados durante muchos años. Pero esto no puede ocultar los hechos.
-¿Qué pensáis de la reacción que ha tenido el gobierno francés tras los atentados del viernes?
-Es una reacción ridícula. Porque hay un atentado nos ponemos a bombardear. ¿Qué han bombardeado? ¿Qué? ¿Ha desaparecido Estado Islámico? Son treinta mil combatientes. El presupuesto que la administración estadounidense destinó cuando los de Estado Islámico eran veinte mil superaba los once millones de dólares para combatir cada combatiente. ¿Pero qué es esto? ¿Qué quieren hacer ver? Ahora en lugar de veinte mil ya son treinta mil, los combatientes yihadistas. ¿Qué han bombardeado los franceses? ¿Con qué resultados? ¿Y la gente inocente que se ha muerto?
-La llaman ‘daños colaterales’…
-¿Por qué los inocentes que mueren por estos bombardeos son daños colaterales y los que mueren en París o en otra capital europea son víctimas? Dónde estamos, ¿en la bolsa de las vidas humanas? ¿Son participaciones con valor diferente según donde has nacido? La vida humana vale tanto en Siria, como en París como en África. ¡Vale igual! Mientras los gobernantes nos quieran convencer que no vale igual iremos por mal camino.
-¿Qué hay que hacer para borrar de una vez por todas la barbarie de Estado Islámico?
-Habrá soluciones cuando se quiera que los haya. Pero no quieren soluciones.
-¿Quién no las quiere?
-Los poderes occidentales y sus aliados en la zona, que han provocado esta situación y no la han querido resolver. No les interesa resolverlo. Podrían decir: ‘Reunámonos. Tenemos una realidad que es esta. ¿Qué ha causado esta situación? Tenemos Estado Islámico que es una aberración -la más grande de la historia de la humanidad, junto con el exterminio nazi. ¿Qué lo ha traído aquí? Uno, dos, tres y cuatro. ¿Qué podemos hacer para resolverlo? Uno, dos, tres, cuatro. Manos a la obra.’ ¿Esto se ha hecho? No se ha hecho. De acuerdo. A ver, Turquía debe sellar sus fronteras. Pero las tiene abiertas para los combatientes que quieren ir a hacer la yihad.
–¿Pero cuáles son las acciones concretas que se podrían hacer?
-De entrada, quiero dejar claro que yo no soy estratega. Si quieres combatir a alguien, lo primero que tienes que hacer es cortarle las vías de suministro que le da poder: económico o de armamento. Si se cierran las fronteras de Turquía a los combatientes, ya los has medio ahogado. ¿Verdad que Turquía es de la OTAN? Pues que desplieguen fuerzas de la OTAN para vigilar la frontera. Y que vigilen que la inteligencia turca y la policía no apoyen Estado Islámico. Y que no trafiquen con petróleo a través de Turquía. Y que el Kurdistán detenga el tráfico de petróleo a través de su territorio. Con esto ya habríamos ahogado la mitad del suministro de Estado Islámico.
-¿Qué más se puede hacer?
-Cogemos los países del Golfo Pérsico -sobretodo Arabia y Catar- y les decimos: ‘Escucha, si pasa un solo dólar de ayuda económica a Estado Islámico, tendréis un embargo como el que se hizo en Irak, Cuba o en Irán.’ ¡Y ya está! ¡Ya se ha acabado Estado Islámico! Con estas dos acciones -Cortar suministro por fronteras y financiación de los países del golfo Pérsico-, se acabó. Ya no hay que bombardear.
-¿Y por qué no se hace?
-No se hace porque no interesa. No nos podemos dejar engañar. Estado Islámico es el resultado de la política criminal de los países poderosos. Conjuntamente con sus aliados en la zona. Veamos, Estado Islámico ¿qué pretende? Construir un estado islámico. Un estado teocrático. ¿A quién interesa esto? A todos los países teocráticos de la zona. ¿Cuáles son? Irán, Arabia, Catar, todos los países del Golfo Pérsico, e Irak está en vías de serlo. Por lo tanto, construir otro país teocrático a todos estos países ya les debe parecer bien. ¿Por qué no se combate los países teocráticos en lugar de criticar tanto la falta de libertades en China, por ejemplo?
-Son cosas diferentes.
-¿Y por qué se permite al rey de Arabia y a los emires estos del Golfo Pérsico -que son los que financian el integrismo- que vayan a Marbella a pasarlo bien con todos los privilegios y todas las atenciones? ¡Son los que subvencionan a los que hacen los atentados! ¡Es que es muy fuerte! Si queremos vivir con esta doble moral, digámoslo y aceptemos la situación. Digamos que nuestra prioridad no es la vida humana, sino nuestro bienestar. Pero entonces no hagamos teatro cuando los atentados nos toquen de cerca.
-¿No hay conciencia de esta complicidad que denuncia?
-Es que Turquía permite que pasen las cisternas de petróleo de Estado Islámico por su frontera. Si pasan la frontera, es porque al estado turco ya le va bien. Tan simple como eso. Si el ejército turco quisiera evitar el paso de cisternas de petróleo, no podrían pasar. No hablamos de pasar una aguja, que te la puedes esconder. ¡Hablamos de camiones que se ven a la legua!
-La clave es detener la financiación que recibe Estado Islámico.
-Evidentemente. ¿Cómo hace Estado Islámico, para obtener la obediencia de la población? Todo el que se haga combatiente tiene cubiertas las necesidades de su familia. Le dan un sueldo a cambio de tapar a su mujer y de que siga las instrucciones que reciba. Y la gente desesperada dice: ‘Al menos estos me dan comida. Si mi mujer se debe tapar, que se tape. Y si yo tengo que rezar cinco veces al día, ya rezaré.’ Y, de repente, aquel individuo que tenía una actitud laica y respetuosa con todas las religiones se vuelve fanático. Y algunos dicen que la culpa es de la religión. Y no. Todas las religiones monoteístas son igual de fanáticas o de respetuosas. Depende del uso que hacen determinados individuos.
-Las guerras sucesivas han triturado el país y la sociedad de sus orígenes. ¿Cree que se podrá recuperar el espíritu moderno y cohesionado de los tiempos que vivisteis?
-Costará mucho porque en Irak ha habido una destrucción de la infraestructura básica y de la entidad iraquí sistemática durante más de treinta años. Y eso es muy difícil de recuperar. Un terreno de cultivo contaminado o envenenado, si no depositamos más veneno, a los treinta o cuarenta años se puede recuperar y volver a dar frutos. Pero si seguimos vertiendo veneno, será imposible recuperarlo nunca. Que Irak vuelva a recuperar el espíritu de aquellos años cuando yo pasé la infancia dependerá de la voluntad de verter veneno de los poderosos. De momento, la voluntad es clara y no dejan de envenenarla.
-¿Habéis pensado volver algún día?
-Me niego. No lo quiero.