por Jon Rappoport – 26 de febrero de 2020 – Artículo Original
Si un grupo quiere poner en escena una falsa y aterradora epidemia, ¿cómo lo harán? Ante todo, ¿qué razones podrían tener para lanzar un plan tan atrevido?
Por un lado, quieren encubrir el daño humano que ya se está produciendo, explicándolo a través de una historia falsa. Por ejemplo, supongamos que una mortal combinación de polución del aire y del agua y de contaminación electrónica 5G, producida por las corporaciones, está enfermando a las personas y matándolas. Con toda seguridad, las partes responsables no van a admitir sus crímenes. No. En lugar de eso, van a afirmar que ‘hay un nuevo virus’ que está produciendo este daño en forma de, digamos, enfermedad pulmonar. Y que ese virus simplemente “emergió, saliendo de la nada y cruzando especies, desde los animales hasta los seres humanos”.
Por lo tanto… lo primero que se requiere es un grupo de casos que se produzcan en un lugar. Un pequeño grupo de personas que tengan los mismos síntomas. Esto es fácil de encontrar. ¿Qué hay de los síntomas comunes de la gripe? Fiebre, fatiga, debilidad, con énfasis en las complicaciones pulmonares [por las formas de contaminación]. Algunas de estas personas están muy enfermas. Dos de ellos mueren.
Ahora, la maquinaria de la propaganda -las ‘noticias’― se pone en marcha… Se lo califica de «epidemia«. No lo es, pero eso es lo que nos cuentan. «Todos estuvieron ‘expuestos a algo‘» en, supongamos, un restaurante del muelle, frente al río.
La noticia, incluida directamente en los principales medios de comunicación, proviene de agencias de salud pública de élite, como los CDC y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es una EPIDEMIA…
En realidad, para llamarlo con propiedad, es una mierda de MONTAJE. ¿Comprendes…? Las personas de aquella localidad donde se ha producido el “grupo del nuevo caso”, están cayendo enfermas y mueren como resultado de las causas reales de polución relacionadas anteriormente. Pero las noticias muestran un enfoque muy diferente:
“Investigadores de la OMS y de los CDC declaran que ha surgido una “misteriosa enfermedad” en la ciudad de ‘x’, y están trabajando para descubrir el virus…”
¿Quién dijo que fuera un virus? ¿Quién realizó esta injustificada suposición? La OMS y los CDC. Ellos siempre dicen que es un virus. Y de repente, en estos momentos, ya es noticia en todo el planeta, y la mayor parte de la población se queda enganchada justo desde el principio: ‘Un virus. Sí, ya veo. ¿Qué virus?’
Y poco después, milagrosamente, llega la respuesta:
Se trata del VX-20. Un nuevo virus, que nunca antes se había visto y que “probablemente surgió del pescado, y cruzó hasta los humanos. Un pescador ya ha muerto”.
Voilà… Ya tenemos una nueva enfermedad, la VX-20…
La siguiente pregunta: ¿realmente los investigadores aislaron ese virus? ¿Qué hicieron? Sigue de cerca la siguiente ficha, hay juego de manos implicado.
Escenario uno:
Los investigadores utilizaron lo que se ha denominado “marcadores indirectos” para INFERIR que allí había un nuevo virus, en muestras de tejido extraídas de diversas personas del “grupo” original de víctimas de la orilla del río.
En realidad, los investigadores no utilizaron los procedimientos básicos para purificar la muestra de tejido ni siquiera de un solo paciente, y si llegasen a tomar una fotografía así de todo ello, no verían MUCHOS virus idénticos en una fotografía de microscopio electrónico. Y ciertamente, no llevaron a cabo esta prueba completa en varios cientos de nuevos pacientes; hubieran debido hacerlo, pero no lo hicieron.
Y lo más seguro es que otros investigadores, incluyendo analistas, no llevan a cabo la prueba necesaria de microscopio electrónico sobre cientos de los supuestos “pacientes epidémicos”.
Por tanto… los investigadores de la OMS y del CDC salen con una noción, una idea, una inferencia sobre un virus, a través de tales marcadores indirectos.
Y a través de un proceso de inferencias continuadas, ellos caracterizan el virus que nunca han visto.
Escenario dos:
Seamos generosos y supongamos que los investigadores se tomaron la molestia de mirar las fotos de un microscopio electrónico, derivado solo de unos pocos pacientes, no de cientos, como hubiera debido ser.
¿Qué es lo que realmente ven en las fotos? Quizás lo que vieron fueron unas pocas partículas que parecían similares unas a otras, PERO es totalmente posible que tales partículas parecidas a virus fueran tan solo pasajeros acompañantes que viven generalmente en el cuerpo sin causar daño alguno.
Sin embargo, los investigadores dan brincos de alegría y exclaman: ‘¡Ya lo tenemos! Este es el nuevo virus asesino, y ahora nosotros armaremos su secuencia genética’.
Y lo hacen.
¿Y luego, qué? Esos investigadores no se molestan en hacer la distinción entre virus que podrían ser perjudiciales, y aquellos que no hacen nada. ¿Por qué? Porque están decididos a encontrar ‘algo’, lo que sea. Es su misión básica…
En ambos escenarios, se han quedado deplorablemente sin llegar a demostrar que el responsable de enfermar a la gente es un nuevo virus. Pero no importa, los medios de comunicación y los gobiernos ya están en marcha. Ahí la tenemos, una nueva epidemia, la VX20.
Se cierra toda una ciudad. Los inspectores agitan las varitas del termómetro clínico en la frente de los pasajeros que se bajan de los aviones. Algunos personajes estadounidenses empiezan a decir que ‘ahora es urgente desarrollar una vacuna’. Nuevos casos de VX-20 van apareciendo en otras ciudades y otros países. ¡Bum…!
Examinemos esa última parte, la de los nuevos casos y la “propagación”, porque es aquí donde realmente las personas se dejan engañar.
Ellos dicen:
“Bueno, aquí tenemos una ciudad donde no hay polución de aire, de agua, o de 5G, y se están descubriendo en ella nuevos casos, por tanto ¿cómo te explicas esto?”
Los nuevos casos y la propagación se basan totalmente en las PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO. Los resultados de esas pruebas determinan si existe un “caso de epidemia” o una “propagación”.
Hay dos pruebas importantes: la de los anticuerpos, y la PCR. Sintetizando, ninguna de las dos pruebas es válida para afirmar que ‘AQUÍ TENEMOS UN NUEVO CASO’. Ambas pruebas no son fiables y resultan inútiles. Es más del mismo engaño. Ambas pruebas afirmarán mostrar “nuevos casos”, cuando no lo están haciendo. Puede que muestren algunos anticuerpos, o unos pocos diminutos fragmentos de lo que podría ser posiblemente un virus, pero no muestran NADA que apunte directamente a una enfermedad humana. Confiar en esas pruebas viene a ser como hacer una apuesta en un juego que ni siquiera está programado. Es una farsa.
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Las pruebas de anticuerpos, que supuestamente demuestran que una enfermedad procede de un virus, como mucho lo que realmente estarían mostrando es que el paciente entró en contacto con un virus. En realidad, y antes de 1984, generalmente eso se interpretaba como que el paciente estaba en buena forma. Que su sistema inmunitario había desmontado al germen. Pero entonces, por varios motivos nada buenos, se le dio la vuelta a la cabeza de la ciencia. De repente, una prueba positiva de anticuerpos se interpretaba como que el paciente estaba enfermo, o que pronto iba a enfermar. Un total disparate, una farsa…
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La prueba de la PCR toma una muy diminuta muestra de un paciente que podría contener un virus, pero la partícula del virus es demasiado pequeña incluirla. La PCR amplía esa partícula muchas veces, para que se la pueda analizar. Pero la prueba no dice nada acerca de CUANTOS virus, si es que hay alguno, se puedan estar ‘replicando’ en el cuerpo del paciente. Y se necesitan millones y millones de virus replicándose en un cuerpo para siquiera poder empezar a hablar de que sean causa de alguna enfermedad real.
Y tanto una prueba como la otra descansan sobre el no justificado supuesto de que es realmente un virus el que está causando la enfermedad –ese VX20- que fue realmente descubierto en primer lugar.
Armados con unas pruebas tan patéticas, los funcionarios públicos empiezan a informar de un nuevo caso de epidemia por aquí, y otro nuevo caso por allí, y muy pronto 40 países tienen nuevos casos, y el público se lo traga todo entero, de cabo a rabo.
Y así es como se hace el montaje de una falsa epidemia.
El resto es todo pura publicidad, confinamiento y teatro. Un teatro peligroso… Se pondrán sobre la mesa fármacos tóxicos y vacunas tóxicas para tratar una epidemia que nunca existió.
Las verdaderas causas permanentes de enfermedad y muerte seguirán estando en su lugar, arrinconadas en un profundo pozo. Y esto equivale a un crimen capital. Un asesinato. Recuérdalo… A la gente se le dirá que no cuestionen la línea oficial sobre la “epidemia”. Es a esto a lo que se le denomina una prueba.
¿Por qué no plantear preguntas? Porque las respuestas podrían llevarte a una conclusión sobre la enorme estafa. Permíteme añadir algunos comentarios.
La propia Organización Mundial de la Salud declara que anualmente hay millones de casos de gripe común por todo el mundo, y varios cientos de miles de muertos. Esta no es un “coronavirus”. Pero a quienes sufren la gripe común se les puede fácilmente hacer pasar como “nuevos casos de la epidemia”. Estadísticamente se puede tomar a la gripe común y clasificarla en el apartado de “coronavirus”.
Luego tenemos el tratamiento médico que se impone a las personas dictaminadas como “casos de coronavirus”. Me refiero a los fármacos antivirales altamente tóxicos, que tienen la capacidad de detener la reproducción celular natural del cuerpo. Concretamente, cuando estas personas ya tienen unos sistemas inmunitarios debilitados, o tienen problemas de funcionamiento orgánico, los resultados pueden ser catastróficos. Los pacientes pueden morir. Y desde luego, si mueren, serán calificados como “muertos por la epidemia”.
Por último, hay otra cosa más que puede que hayas escuchado. Lo mencioné algunos párrafos más arriba: asesinato.
¿Crees realmente que la gente que está lanzando conscientemente una epidemia falsa, con todas sus consecuencias, ―incluyendo encubrir, y no remediar para nada las verdaderas causas funcionando en el morir y la muerte― no llegarán a ‘organizar’ algunos ‘incidentes’ espectaculares del morir y la muerte, para hacer mella, y convencer al público de que el virus es realmente un asesino?
―¿Me tomas el pelo…?
Por ejemplo, de repente, sin venir a cuento, algunos amigos previamente sanos, en una pequeña ciudad, enferman y pocos días después mueren. Los funcionarios sanitarios afirmarán de que ellos eran “positivos del virus”: “Pasó tan rápidamente”…
¿Se llevan a cabo pruebas para detectar un acto encubierto intencional de intoxicación directa? Pues no. Los medios de comunicación airean esta horrible historia por todo el mundo: “El virus va avanzando…”
Lo mismo ocurre con una familia anteriormente sana en la provincia ‘X’. Cayeron enfermos y murieron. Y luego a un grupo de viajeros en una montaña en la provincia ‘Y’ se ponen enfermos y mueren. Asesinato. Sin embargo, la tapadera es:
“El virus no conoce fronteras. Puede llegan de cualquier parte, en cualquier momento”
“Esos sucesos de muerte sólo pueden explicarse con el virus”.
Así es como a un público, totalmente ingenuo, se le lava el cerebro…
“Pero… ¿cómo podría alguien cometer realmente un asesinato premeditado de personas inocentes, a fin de convencer al público de que se propaga un virus en lugares ‘poco probables’?”
Como ya he comentado, esos controladores ya son culpables de asesinato, porque están escondiendo las verdaderas causas de muerte que están en marcha, con la tapadera de un virus. Este tipo de tapadera de un crimen ha estado ocurriendo en todo el mundo desde hace mucho, mucho tiempo… Para mencionar solo dos ejemplos:
- Mira las partes de África y Haití, en las que se ha promocionado y financiado la historia del VIH (S.I.D.A.), pared con pared, a fin de tapar deliberadamente una pobreza creada y sostenida, con el robo de la tierra de cultivo, y las adquisiciones corporativas que implican una contaminación industrial venenosa masiva…
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Si miras atrás en la reciente historia ―como yo he hecho― te darás cuenta de que las falsas epidemias son un procedimiento de funcionamiento ‘estándar’: el SARS, la gripe porcina, el virus del Nilo, el Zika, etc…