¿Qué es la verdad?

Direction: Our Guidance System Mark Passio

Traducción: seryactuar.org

¿Qué es la Verdad?

La Verdad es la expresión de todo lo que existe. La Verdad es simplemente todo lo que es, y aquello que lo es todo abarca la Verdad.

Esto significa que, en última instancia, la Verdad se compone de toda la información, en todo espacio, tiempo, frecuencia y dimensiones de existencia.

La Verdad es inalterable. Simplemente es, y siempre es simple. Únicamente es nuestra percepción la que oscila, bien sea hacia la Verdad, bien sea alejándose de ella. La Verdad en sí misma es sencillamente lo que es. Algunos intentarán venderos la mentira de que la Verdad no existe, y de que lo que es verdadero nunca puede ser conocido, o que son sólo nuestras percepciones de la Verdad las que componen la realidad.

En el peor de los casos, todo esto son mentiras intencionadas de quienes deliberadamente intentan inducirnos a error. En el mejor de los casos, son opiniones mal formadas de aquellos que están sumamente desencaminados.

Lo cierto es que la Verdad existe. Se la puede conocer. Podemos llegar a ser cada vez más conscientes de ello en nuestra propia experiencia. De hecho, es la razón de nuestra existencia.

Los órganos sensoriales de un ser humano están innatamente concebidos para percibir la información contenida sólo en un estrecho margen en comparación con todo lo que realmente existe. Nuestra capacidad de recibir y procesar información a través de esos órganos es conocida como nuestros sentidos. Estos incluyen la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Poseemos también un sexto sentido (aunque muchos no se crean que existe), llamado intuición – un estado en el que simplemente se sabe algo, se tiene la capacidad de reconocer un aspecto de la Verdad sin que conscientemente tengamos el conocimiento exacto de cómo es que lo sabemos.

No voy a afirmar que los seres humanos, en sus formas actuales, puedan conocer la totalidad de la Verdad de la Creación con los órganos sensoriales [físicos] que poseemos, ya que éstos no son capaces de percibir la información que existe fuera de sus límites perceptuales.

A menudo nos ayudamos de la tecnología como una extensión de nuestros sentidos naturales para llegar a conocer la información que subyace fuera de los límites de nuestros sentidos de percepción. Pero también la tecnología tiene sus límites, con lo que mucha información se queda todavía fuera del alcance sin importar la tecnología que utilicemos actualmente, o que podamos inventar en el futuro.

Lo que sí afirmo es que somos capaces de conocer el caudal de información que se ha materializado, y que entra dentro de los límites perceptuales, tanto de nuestros sentidos como de la tecnología.

Esto significa que, sin duda, somos capaces de llegar a saber tanto aquello que ocurre en nuestro interior, como aquellos sucesos que se manifiestan en el mundo en que vivimos, el reino al que llamamos Tierra.

Esta información siempre será conocible, porque la realidad en la que vivimos es holográfica por naturaleza.

Esto significa que la Verdad sobre el universo en el que existimos (el macrocosmos), se revela a nosotros a través del proceso de llegar a ser cada vez más conscientes de incluso las partes más pequeñas (el microcosmos) que componen el total.

Esto es otra manera de decir que a fin de poder llegar a conocer más cómo está estructurado y se comporta el Cosmos, debemos llegar a conocer más como estamos estructurados y nos comportamos nosotros mismos.

Al incrementar este conocimiento, las partes del total se vuelven más conscientes de ellas mismas, y por tanto más conocedoras del total de que son parte. De este manera, el total del Cosmos se hace más consciente de sí mismo, y por tanto la Voluntad de la Creación se cumple.

Dado que la Verdad se manifiesta holográficamente, la información contenida en la Verdad nunca puede ser destruida, porque se encuentra contenida literalmente en cada pequeña cosa de la creación. Así es como la Verdad se encuentra sistemáticamente preservada. La única forma en que posiblemente podría ser erradicada sería destruir cada elemento de toda la creación, lo cual, hasta donde sé, nadie ha sido capaz de hacer todavía.

La comprensión de la indestructibilidad de la Verdad nos permite comprender que cualquiera que de hecho crea que la Verdad puede ser suprimida, y finalmente destruida es alguien que está viviendo en un profundo estado de miedo, apariencia y negación. Se sienten furiosos con aquello que es, y quienes así hacen raramente se encuentran en un buen momento.

El momento que vivimos actualmente es el inicio de un proceso en el que la especie humana va llegando a ser más conocedora de la existencia de la Verdad, y va experimentando una conexión profunda con ella en el núcleo de su ser.

Este proceso continuará hasta completarse a través de la expansión de nuestra Consciencia colectiva y de su evolución hacia la Verdad. También se llevará a cabo mediante nuestra participación colectiva en la batalla ideológica que está teniendo lugar justo ahora con aquellos que están enfurecidos contra este proceso de la Creación.

Yo sé qué bando de esta batalla he elegido personalmente, porque he conquistado mi miedo y mi ego hasta el punto de que no imagino que pudiera rabiar contra la Voluntad de la Creación y salir victorioso. Por mi parte he dejado de enfadarme contra aquello que es, y me he adentrado en el torbellino de la Creación. Encuentro que es mucho más cómodo de esta manera.

Sé también que, independientemente de quien pueda parecer que está en el poder o que controla en cualquier momento dado, la Verdad siempre ganará. Si en lo que lleváis leyendo hasta ahora habéis reconocido la Verdad, también comprenderéis que no podría ser de ninguna otra manera.

Las preguntas fundamentales

En la humana búsqueda de la Verdad, ha existido un interminable torrente de preguntas, con grados variables de profundidad y complejidad, que han ido siendo contestadas durante los milenios que llevamos existiendo como especie. Pero hay varias preguntas que tienen tal significación que superan a todas las demás que jamás se hayan planteado. Al responder estas preguntas es la propia Verdad la que empieza a revelarse a la humanidad, y a partir del entendimiento de las respuestas a estas preguntas, todo el resto fluye.

Filósofos, místicos, artistas, científicos, académicos y personas de todos los ámbitos sociales se han planteados estas preguntas desde innumerables generaciones. Son las preguntas fundamentales a las que buscamos respuestas. Son las preguntas que se plantean para ser examinadas en la presentación de What On Earth Is Happening. Helas aquí:

  • ¿Quiénes somos?

  • ¿Cuál es el propósito de la vida humana?

  • ¿Porqué sostenemos ciertas creencias sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el mundo en que vivimos?

  • ¿Por qué nos comportamos como lo hacemos con nosotros mismos y con los demás?

  • ¿Qué está realmente ocurriendo en nuestro mundo?

  • ¿Hay un significado y propósito en los acontecimientos que están ocurriendo?

  • ¿Podemos mejorarnos y mejorar el mundo en el que vivimos, y si es así, cómo hacerlo?

Son las preguntas supremas de todas las que jamás se han planteado los seres humanos. Indudablemente, cualquier ser sensible que se embarque en el examen de la naturaleza de su propia existencia tendrá que plantearse las respuestas a estas preguntas en algún momento. Son las grandes preguntas a las que todo buscador busca respuestas en su andadura espiritual.

Esto nos conduce al aspecto más importante relativo a estas preguntas, que muchas personas pueden tener dificultades para comprender al principio. Estas preguntas tienen realmente respuestas que pueden ser conocidas, y que pueden ser conocidas por nosotros. La Verdad nunca vacila ni se muestra esquiva, y tampoco lo hacen las respuestas a estas importantes preguntas. Es sólo debido a nuestro propio miedo e ignorancia que nos blindamos contra la luz de la Verdad, y por tanto contra las respuestas a nuestras más profundas y significativas preguntas sobre la naturaleza de nuestra propia existencia.

En realidad, siempre hemos sabido las respuestas a estas preguntas. Es debido a nuestro descenso evolutivo a la oscuridad y a la materia que experimentamos un gran olvido. Ahora el tiempo del olvido llega a su fin, estamos recordando que estas preguntas han sido contestadas, y estamos empezando a saber de nuevo las respuestas.

La mayor mentira

Las mentiras y el engaño son los enemigos de la Verdad. Las han proyectado en las mentes y corazones de la gente de la Tierra aquellos que están furiosos contra lo que es. Son contadas, divulgadas e interpretadas por aquellos que tienen un interés particular en mantener la comprensión de la Verdad fuera del alcance de la Conciencia de cada individuo.

Las mentiras y engaños son insidiosos, porque una vez que han sido aceptados y creídos por individuos bien intencionados, esos individuos, en su ignorancia, se convierten en agentes repetidores de esas falsedades. Así es como las mentiras y la propaganda se extienden de generación en generación. Un padre adoctrinado en una mentira, adoctrina a continuación a sus hijos, que a su vez adoctrinarán a los suyos, y así sucesivamente a través de las generaciones.

Hablando acerca de la forma más efectiva de diseminar mentiras y desinformación a tantas personas como sea posible, Adolf Hitler, el Führer del Tercer Reich alemán, declaró que se debía «construir una gran mentira, simplificarla, repetirla hasta la saciedad, y que finalmente todos la creerían«. Esta declaración muestra con claridad que el objetivo real de quienes están abocados a la consecución de un poder totalitario es realmente controlar las mentes y el sistema de creencias de aquellos sobre los que quieren imponer su gobierno.

Si ha existido nunca alguien que supiera más que Adolf Hitler sobre como divulgar mentiras y propaganda, ese fue Paul Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda del partido nacional socialista durante el Tercer Reich. Goebbels ordenó innumerables quemas de libros mientras estaba en el poder, en un intento de aplastar incluso el descubrimiento de cualquier idea contraria. Casi todas las formas posibles de comunicación en Alemania durante el régimen nacional socialista, estuvieron controladas por este enfermo mental. Goebbels hizo una profunda afirmación en relación al mentir, una actividad en la cual obviamente destacó. Declaró que «cuanto mayor la mentira, más será creída«.

Esta afirmación alude a un factor muy importante a tener en cuenta, que Goebbels comprendía muy bien. La mayoría de personas son muy propensas a una condición equivalente al estado de profunda negación psicológica. No importa cuán descabellada o destructiva pueda ser una mentira que hayan aceptado, si la mentira está profundamente incrustada en su sistema de creencias, las personas detestarán impugnarla, porque hacerlo requeriría que ellos se salieran de su rígidamente definida zona de confort, y empezaran a cuestionarse su sistema de creencias. Por desgracia, hay relativamente pocas personas que lleguen nunca a aventurarse fuera de su zona de confort y empiecen a desafiar esas creencias establecidas, en aras de descubrir la Verdad.

Podríamos pasarnos toda la vida relacionando y analizando todas las mentiras que han sido diseminadas por los sistemas de pensamiento institucionalizados en todo el mundo.

Pero hay una mentira que es mayor y más insidiosa que todas las demás mentiras jamás contadas. Es la mentira que argumenta que no existe la Verdad, o que incluso aunque existiera, nunca podría llegar a ser conocida o comprendida por los seres humanos.

Ésta es la Mayor Mentira que jamás haya sido contada, escrita, comprada o vendida por nadie. Si uno se la cree, el viaje espiritual llega a su fin antes incluso de que haya tenido la posibilidad de empezar. Muchas, muchas personas en todo nuestro mundo han quedado estancadas en este punto de su desarrollo evolutivo, porque compraron esta venenosa mentira, se tragaron el anzuelo hasta el fondo.

  • La Verdad es conocible. Se la puede conocer. Si no se pudiera, no podría haber existido nada porque la materialización de la Verdad es el verdadero objetivo de la propia existencia. Esto no es una creencia, es simplemente lo que es.

  • La Verdad no puede nunca ser destruida. La Mayor Mentira, aunque pueda ser capaz de disuadir a algunas personas de embarcarse en pos del descubrimiento de la Verdad, nunca puede ni podrá destruir a la propia Verdad.

Cuando empezamos a cuestionar nuestro propio sistema de creencias establecido, el descubrimiento de la Verdad surge en nuestras propias vidas y empezamos a experimentar su poder. Superar a la Gran Mentira es la única etapa del proceso en la que se necesita fe. Primero se debe tener fe en el hecho de que somos capaces de descubrir la Verdad. A partir de ese punto, ya no se necesita ni de la fe ni de la creencia, tan solo de la Voluntad para seguir adelante y descubrir la Verdad de lo que es.

¿Cómo encontrar las respuestas?

Inevitablemente, en la búsqueda de la Verdad las personas buscarán en ciertos lugares las respuestas a sus grandes preguntas. Las fuentes a las que acudan en su búsqueda de respuestas son variadas, cubriendo todos los aspectos de la sociedad secular y religiosa.

Los cuatro lugares más habituales donde la gente generalmente gravita en su búsqueda de la Verdad, son:

  • los movimientos políticos

  • las ideologías religiosas,

  • las ciencias físicas

  • y lo que ha dado en llamarse el movimiento de la Nueva Era.

La política y la ciencia, desde luego, tienden a tratar mayoritariamente con los temas mundanos y físicos, mientras que las religiones y la Nueva Era exploran nuestras inquietudes no físicas o espirituales.

Si bien cada una de estas cuatro áreas contienen ciertos aspectos de Verdad que pueden ser hallados por una persona que profundice en sus ideas y enfoques, ninguna de estas áreas de investigación son suficientemente amplias como para abarcar una búsqueda verdaderamente inspirada de la chispa de luz que yace en el corazón de la propia Verdad.

El motivo es que la Verdad transciende todas estas filosofías, movimientos e ideologías. Como sistemas de pensamiento institucionalizados que son, cada una de estas plataformas buscan limitar la conciencia a un modelo preconcebido, o forma de mirar la realidad, que demasiado a menudo han definido de forma rígida y con una estrecha perspectiva.

Cuando se comprende que esto es así, se ve claramente que cada una de estas ideologías lo que busca realmente es colocar a la conciencia humana «dentro de una caja«, o dentro de límites predefinidos, más allá de los cuales queda prohibido extender el conocimiento propio.

Ya sea que dichos límites sean implícitos o estén dogmáticamente definidos, es inevitable que uno acabe topándose con ellos una vez que se ha movido hasta los confines del paradigma de esos sistemas de creencias.

Llamarlos sistemas de creencias no es ninguna exageración, porque en realidad eso es lo que esos cuatro reinos representan: creencias.

Cualquier sistema que procura impedir que alguien busque algún aspecto de Verdad que no encaja con sus límites auto-impuestos, está en realidad buscando limitar el conocimiento del individuo, y por tanto es un sistema de creencias. Porque cualquier cosa que se encuentre fuera de su serie de percepciones auto-definidas es vista como una amenaza a su existencia y supervivencia.

La Verdad es inalterable y nunca se pliega a nuestras creencias.

La Verdad no puede ser amenazada ni ofendida.

Puesto que la Verdad es indestructible debido a sus propiedades holográficas,
nunca teme por su supervivencia, ya que de ninguna manera puede ser aniquilada.

Somos nosotros quienes eludimos tomar conciencia de la Verdad e ir en pos de su descubrimiento, al permanecer dentro de nuestras cajitas de conciencia, creadas para nosotros por otros. Otros que tienen intereses particulares en impedir que nos aventuremos fuera de sus sistemas de creencias propios. Estos individuos incluyen, pero no se limitan a: los políticos, médicos, curas, financieros, policías, militares, científicos y gurús.

Y la razón por la que nos quedamos dentro de nuestra caja de creencias siempre es la misma: Miedo. La mayoría de nosotros no queremos alejarnos demasiado de las creencias que nos mantienen en la «zona de confort». Pero aquellos de entre nosotros que queremos de corazón que la Verdad se revele a nuestros ojos, debemos dominar nuestro miedo, y salir fuera de las cajas que otros han creado para encerrar nuestra conciencia.

Es fuera de esas cajas donde descubriremos la Verdad. En último extremo, ese viaje de descubrimiento no está en absoluto en ningún lugar determinado «allí fuera».

Porque emprender el viaje implica cavar en las profundidades del corazón de la propia Verdad, y esa Verdad existe en el interior de cada uno de nosotros.


¿Qué es la Verdad? – Mark Passio (en PDF)

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