Coronavirus, vacunas, y la Fundación Bill y Melinda Gates

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Por F. William Engdahl 20 de marzo de 2020 – Global Research

Podría decirse que nadie ha sido más activo en promover y financiar la investigación sobre vacunas destinadas a tratar el coronavirus que Bill Gates, y la Fundación Bill y Melinda Gates. Se encuentra presente tanto en el patrocinio de una simulación de pandemia mundial de coronavirus, solo semanas antes de que se anunciara el brote de Wuhan, como en la financiación de numerosos esfuerzos corporativos para crear una nueva vacuna contra el virus aparentemente nuevo. ¿Qué implica esto realmente?

Como mínimo, lo que debemos admitir es que Bill Gates es protico. Lleva años afirmando que se producirá una pandemia asesina global, y que no estamos preparados para ella.

El 18 de marzo de 2015, Gates dio un charla sobre epidemias, para TED, en Vancouver. Ese día él escribió en su blog: “Acabo de dar una breve charla sobre un tema del que últimamente he aprendido un montón: las epidemias. El brote de Ébola en África occidental es una tragedia, mientras escribo esto, han muerto más de 10.000 personas”. Luego Gates añadió: “Por terrible que haya sido esta epidemia, la próxima podría ser mucho peor. El mundo simplemente no está preparado para manejar una enfermedad así, una gripe especialmente virulenta, por ejemplo que infecta con mucha rapidez a un gran número de personas. De todas las cosas que podrían matar a 10 millones o más de personas, la más probable es con creces, una epidemia” (GatesNotes).

Ese mismo año 2015, Bill Gates escribió un artículo para el New England Journal of Medicine, titulado: La próxima epidemia: lecciones a partir del Ébola”. En el mismo hablaba de una clase especial de fármaco que “implica dar a los pacientes una serie de constructos concretos basados en el ARN, que les capacite para producir proteínas específicas (incluyendo anticuerpos). A pesar de que ésta es una área muy nueva, resulta prometedora porque es posible que se pueda diseñar una terapia segura, y poderla fabricar a gran escala con mucha rapidez. La investigación más básica, así como los avances de empresas como Moderna y CureVac podrían acabar consiguiente que este enfoque resultase en una herramienta clave para acabar con las epidemias.” 

Actualmente, tanto Moderna como CureVac reciben fondos de la Fundación Bill y Melinda Gates, y están liderando la carrera para desarrollar una vacuna aprobada contra el COVID-19, basada en el ARNm.

2017 y la fundación del CEPI

De hecho, una pandemia global de tipo gripe es algo para lo que Gates como su adinerada Fundación se han pasado años preparándose.

En el 2017, durante el Foro Económico Mundial de Davos, Gates inició algo denominado CEPI (Coalición en Innovaciones para la Preparación en Epidemias – Coalition for Epidemic Preparedness Innovations), junto con los gobiernos de Noruega, la India, Japón y Alemania, y junto con la Wellcome Trust[1] de Reino Unido. El objetivo que declaran es “acelerar el desarrollo de vacunas que necesitaremos para contener los brotes de futuras epidemias (GatesNotes)En aquellos momentos él declaró que: “una prometedora área en la investigación de desarrollos de vacunas es utilizar los avances en genómica para cartografiar el ADN y el ARN de los patógenos, y fabricar vacunas”. Volveremos sobre esto.

Event 201

En 2019 Bill Gates y la Fundación iban a toda máquina en el baile de los escenarios de pandemia. Él hizo un vídeo en Netflix componiendo un inquietante escenario imaginario. El vídeo, parte de la serie de “Explained” imaginaba una feria de animales en China, donde están amontonados animales tanto vivos como muertos, y donde surge un virus altamente mortal que se propaga globalmente. En el vídeo, Gates aparece como un experto para avisar: “Si piensas en algo que pudiera aparecer capaz de matar a millones de personas, nuestro mayor riesgo es una pandemia”. Dijo que si no se hacía nada para prepararse mejor ante las pandemias, llegaría un momento en que el mundo miraría hacia atrás y desearía haber invertido más en potenciales vacunas. Eso fue semanas antes de que el mundo escuchara hablar sobre murciélagos y sobre el mercado de animales en Wuhan, China.

En octubre de 2019, la Fundación se alió con el Foro Económico Mundial, y el Centro de Seguridad Sanitaria Johns Hopkins para representar lo que ellos denominaron un escenario “ficticio” de simulación, implicando a algunas de las figuras más importantes del mundo en salud pública. Se tituló Event 201.

Tal como su página web lo describe, el Event 201 simulaba un “brote de un nuevo coronavirus zoonótico[2], transmitido de los murciélagos a los cerdos y al ser humano, que acaba finalmente transmitiéndose con eficiencia de persona a persona, desencadenando una grave pandemia. El patógeno y la enfermedad que produce se modelaron en gran medida según el SARS, pero es más transmisible en el entorno comunitario por personas con síntomas leves”.

En el escenario del Event 201, la enfermedad se origina en una granja de cerdos en Brasil, extendiéndose a través de regiones de bajos ingresos y acabando explotando en una epidemia. La enfermedad se transporta por vía aérea a Portugal, EE.UU. y China, y a partir de ahí ningún país puede ya controlarla. El escenario postula que en el primer año no hay disponible ninguna posible vacuna. “Dado que toda la población humana es susceptible, durante los meses iniciales de la pandemia, el número acumulativo de casos se incrementa exponencialmente, doblándose cada semana”.

El escenario finaliza entonces al cabo de 18 meses, cuando el ficticio coronavirus ha ocasionado ya 65 millones de muertes. “La pandemia empieza a ralentizarse debido a que ha ido disminuyendo el número de personas susceptibles. Pero continuará a una cierta velocidad hasta que exista una vacuna efectiva, o hasta que de un 80 a un 90% de la población haya quedado expuesta”.

Los participantes del Event 201

Por interesante que pueda ser el profético escenario ficticio Event 201, de octubre de 2019 de Bill Gates y el Centro Johns Hopkins, la lista de integrantes que fueron invitados a participar en la imaginaria reacción global resulta también muy interesante.

Entre los “jugadores”, como fueron llamados que se seleccionó estaba George Fu Gao. Concretamente, el profesor Gao es director del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades, desde 2017. Su especialización incluye la investigación en “la transmisión del virus de la gripe entre especies (el cambio de anfitrión)… También está interesado en la ecología de los virus, especialmente en la relación entre el virus de la gripe y los pájaros migratorios, o los mercados de aves vivas, y en la ecología del virus derivado del murciélago, y la biología molecular”. La ecología del virus derivado del murciélago…

En el panel el profesor Gao estuvo acompañado, entre otros, por la ex directora adjunta de la CIA durante el mandato de Obama, Avril Haines. Ella también desempeñó el cargo de Asistente del Presidente de Obama y Asesora Principal Adjunta de Seguridad Nacional. Otro de los jugadores del acontecimiento de Gates fue el Contralmirante Stephen C. Redd, Director de la Oficina de Preparación y Respuesta de Salud Pública de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los propios CDC están en el epicentro de un gran escándalo, por no tener disponibles los ensayos de funcionamiento adecuados para realizar las pruebas de los casos de COVID-19 en EE. UU. Su preparación fue de todo menos digna de elogio.

Completando el grupo estaba Adrian Thomas, vicepresidente de la asolada por el escándalo Johnson & Johnson, la gigantesca compañía médica y farmacéutica. Thomas es responsable de que Johnson & Johnson esté presta para una pandemia, incluyendo el desarrollo de vacunas para el Ébola, la fiebre del Dengue, el VIH.

Y también estaba Martin Knuchel, Jefe de Gestión de Crisis, Emergencias y Continuidad de Negocios, para las líneas áreas del grupo Lufthansa. Lufthansa ha sido una de las principales líneas aéreas que han tenido que reducir dramáticamente los vuelos durante la crisis de la pandemia del COVID-19.

Todo esto muestra que Bill Gates ha tenido una notable preocupación con la posibilidad de un brote de pandemia global que, según él, podría ser aún mayor que las presuntas muertes por la misteriosa gripe española de 1918, y ha estado advirtiendo durante al menos los últimos cinco años o más. En lo que también ha participado la Fundación Bill y Melinda Gates es en el financiamiento del desarrollo de nuevas vacunas, utilizando la edición de genes de vanguardia CRISPR [3] y otras tecnologías.

Las vacunas contra el Coronavirus

El dinero de la Fundación Bill y Melinda Gates respalda el desarrollo de vacunas en todos los frentes. Inovio Pharmaceuticals, de Pensilvania recibió 9 millones de dólares de la CEPI (Coalition for Epidemic Preparedness Innovations) respaldada por Gates, para desarrollar la vacuna INO-4800, que está a punto de ser probadas en humanos este próximo abril, un marco temporal sospechosamente rápido. Además, la Fundación Bill y Melinda Gates entregó también a la empresa 5 millones de dólares más para desarrollar un dispositivo inteligente patentado para la administración intradérmica de la nueva vacuna.

El jueves Inovio dijo que su dispositivo Cellectra 3PSP es un dispositivo pequeño, manejable y portátil, que funciona con pilas AA y se puede utilizar para inyectar una vacuna. Fue originalmente desarrollado utilizando la financiación de 8,1 millones de dólares procedentes de la rama médica del Consorcio de Defensa Médica de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa de EE. UU. QBRN[4] (cita de Ciara Linnane, MarketWatch – 14 de marzo de 2020).

Además, el dinero de la Fundación Bill y Melinda Gates, está financiando, a través de la CEPI, el desarrollo de un nuevo método de vacuna conocido como: ARN mensajero, o ARNm.

Esta Fundación está co-financiando a la empresa de biotecnología de Cambridge, Massachusetts, Moderna Inc., para que desarrollen una vacuna contra el nuevo coronavirus de Wuhan, denominado ahora SARS-CoV-2. El otro asociado de Moderna es el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (National Institute of Allergy and Infectious Diseases – NIAID), de Estados Unidos, una sección de los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health NIH). El director de NIAID es el Dr. Anthony Fauci, la persona en el centro de respuestas de emergencia por virus de la Administración Trump.

Lo destacado sobre la vacuna ARNm-1273 contra el coronavirus de Moderna-Gates-Fauci, es que ha sido desplegada en cuestión de semanas, no de años, y que el 24 de febrero iba directamente a los NIH de Fauci para ser probada en cobayas humanos, no sobre ratones, como es lo habitual. Tal Zaks, el asesor médico principal de Moderna Inc., comentó: “No creo que demostrarlo en un modelo animal sea un elemento clave para trasladar esto a un ensayo clínico”.

Otra información destacada que hace Moderna Inc. en su página web es el descargo de responsabilidad:

Comentario especial sobre las declaraciones prospectivas: … Estos riesgos, incertidumbres y otros factores incluyen, entre otros: … el hecho de que nunca ha habido un producto comercial que utilice tecnología de ARNm aprobado para su uso.” (Moderna)

O lo que es lo mismo, no está en absoluto probado que sea seguro y saludable para el ser humano.

Otra empresa de biotecnología que trabaja con tecnología no probada de ARNm, para desarrollar una vacuna para el COVID-19 es una empresa alemana, CureVac. Desde 2015 CureVac ha estado recibiendo dinero de la Fundación Bill y Melinda Gates para desarrollar su propia tecnología de ARNm. En enero, la CEPI respaldada por la de Bill y Melinda Gates, otorgó una subvención de más de 8 millones de dólares para desarrollar una vacuna de ARNm contra el nuevo coronavirus.

Si añadimos el hecho de que la Fundación de Bill y Melinda Gates, y las entidades relacionadas como la CEPI, constituyen los principales financiadores de la entidad pública-privada conocida como la OMS, y que su actual director, Tedros Adhanom, el primer director de la historia de la OMS que no es un doctor en medicina, trabajó durante años en el VIH con la Fundación Bill y Melinda Gates, cuando Tedros era un ministro del gobierno de Etiopía, comprobamos que prácticamente no hay un solo ámbito de la actual ‘pandemia’ de coronavirus en que no se puedan encontrar las huellas del omnipresente Bill Gates.

Que ello sea para el bien de la humanidad, o un motivo de preocupación, el tiempo lo dirá.

El autor

F. William Engdahl es consultor y conferenciante de riesgos estratégicos, es licenciado en política por la Universidad de Princeton, y es un autor de éxito en temas de petróleo y geopolítica, exclusivamente para la revista en línea «New Eastern Outlook«, que es donde se publicó originalmente este artículo. Es investigador asociado del Centro de Investigación sobre Globalización.


[1] La Wellcome Trust es una organización benéfica de investigación biomédica, establecida en 1936 con legados del magnate farmacéutico Sir Henry Wellcome, con sede en Londres, Reino Unido. – N. del T.

[2] Transmitido de los animales al ser humano. N. del T.

[3] CRISPR – siglas en inglés de: Repetición Palindrómica Corta Agrupada Intercalada Regularmente – N. del T.

[4] Química, Biológica, Radiológica, y Nuclear – N. del T.

Publicado en Boletín, Control de la población, Coronavirus, Falsas pandemias, GOBIERNO MUNDIAL, Noticias, Programas de manipulación, Salud y enfermedad, SISTEMAS DE CONTROL
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